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  • Foto del escritorFernando Pérez

La Consciencia del Presente


Algunas investigaciones han llegado a determinar que, la mayoría de personas mientras están en la etapa activa de su día a día, llegan a gastar el 47% de su tiempo pensando en cosas que no tienen nada que ver con lo que están haciendo, lo que claramente impacta en su creatividad, desempeño y bienestar. Es normal que nuestro cerebro esté recordando cosas del pasado, pensando en acciones que se quisieran haber hecho diferente pero no se hicieron, o por el contrario, imaginando situaciones que no han ocurrido, pero de las cuales muchas veces nos anticipamos al peor escenario, porque una característica propia del ser humano es que la mayoría de los pensamientos son negativos, si bien no debería ser así, eso es lo que han logrado establecer los estudiosos del tema.

Todo esto hace parte de la vida de gerentes, líderes, empleados, empresarios, independientes y personas del común; esa falta de presencia por supuesto que tiene sus repercusiones en la vida diaria, el no estar disfrutando el presente, el tener la mente en otro sitio, el no estar realmente ahí para los otros, nos afecta a todos, más aún cuando el mundo actual no está reforzando estos comportamientos, el exceso de trabajo y compromisos que no nos permiten detenernos, la saturación de información que nos impide pensarnos, que nos lleva a creer que tenemos que estar en un aprendizaje constante y exponencial, los celulares que nos abstraen por completo de la vida real, que nos llevan a estar ahí de cuerpo, pero no de mente ni corazón y definitivamente la tecnología que aunque tiene sus beneficios también nos absorbe.

Es así como se ha venido imponiendo una práctica que nos da la posibilidad de salir de esta espiral descendente, conocida como Mindfulness (entrenamiento atencional para aprender a estar en el aquí y el ahora, basado en filosofías budistas), aunque su concepto se remonta a tiempo ancestrales el cambio en el estilo de vida actual ha hecho resurgir sus principios, porque se han logrado determinar sus beneficios, entre los que se encuentran:

  • Reducir el estrés (quizás el mas importante en esta época)

  • Mejorar la autoconsciencia (lograr reconocer nuestros pensamientos y emociones)

  • Alcanzar mayores niveles de concentración (enfocarnos en lo importante)

  • Incrementar la productividad (lograr trabajar sin distracciones)

  • Mejorar la habilidad en la solución de problemas (una mente tranquila es más creativa)

  • Facilitar el balance vida - trabajo (tener la mente en el momento presente)

  • Mejorar las relaciones personales (fortalecer la inteligencia emocional y la empatía)

  • Y muchos otros beneficios en las dimensiones personales, laborales, espirituales y emocionales.

Si esto logra traer un beneficio para las personas por supuesto que impacta también de forma positiva en las organizaciones, la invitación es que así como se da espacio para las pausas activas que buscan promover el bienestar físico de las personas para evitar las enfermedades o el ausentismo laboral, se hace necesario también abrir el espacio para lo que me atrevería a denominar pausas inactivas, donde el enfoque sea el de llevar a las personas a que sean conscientes de si mismas, de su entorno, de sus pensamientos y emociones, alejándose de tantas distracciones externas para así comenzar a generar un cambio en su interior, que al final inevitablemente termina produciendo cambios en el exterior.

Aunque existen muchas formas de ejercitar esta práctica en la vida diaria, dejo aquí una forma de llevarla a cabo en dos simples pasos, con la ventaja de que se puede hacer en cualquier momento del día:

  1. Sentir la respiración (tanto la inhalación como la exhalación), hacer esto 5 veces, preferiblemente tomando, reteniendo, exhalando y manteniendo el vacío mientras se cuenta hasta 4 en cada etapa.

  2. Luego de lograr darse cuenta de la respiración es momento para tomar consciencia del momento presente (lo que es el objetivo principal de esta práctica, y que se logra al colocar los 5 sentidos en el ahora, aunque realmente existen más sentidos, pero los más comunes son el olfato, vista, oído, gusto y tacto).

Como todo hábito, sus resultados se logran apreciar con la práctica, por lo que si se hace a diario se comenzarán a sentir sus beneficios.

Y tú, ¿qué tan presente estás en este momento?

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